“Nos revelamos porque, por muchas razones, ya no podemos respirar.”
Frantz Fanon (25 de julio 1925 – 6 de diciembre 1961)
“Nos revelamos porque, por muchas razones, ya no podemos respirar.”
Frantz Fanon (25 de julio 1925 – 6 de diciembre 1961)
La Red de Políticas de comunidades Negras y de comunidades Color de Carolina del Norte (BBPN por sus siglas en inglés) nació de la necesidad de cambios e igualdad para las personas directamente afectadas que claman por justicia ante la pandemia global: COVID-19. Ahora, hablamos en solidaridad contra el racismo, una creación artificial, en todas sus formas y mortales consecuencias.
Somos activistas. Somos organizadores. Somos negros y marrones. Somos madres. Somos padres. Somos LGBTQIA +. Somos la voz de aquellos que enfrentan injusticias y quienes no deben ser olvidadas o invisibilizadas. Nuestros corazones están inquietos y nuestros corazones están dolidos. Las personas negras en todo el mundo, en nuestra nación y en todo el estado de Carolina del Norte no están bien… y no lo estaremos por un buen tiempo. Nuestro derecho a ser escuchados, a vivir y a respirar en el mundo ha sido violado de tal manera que muchos de nosotros nos hemos quedado absolutamente, inequívocamente sin palabras y nuestras lágrimas son la única forma de vocalizar el dolor.
Para otros, nuestra furia, que se ha profundizado a través de generaciones, se ha convertido en un fuego ardiente que podría, si no se resuelve, quemar hasta el suelo los sistemas de opresión y los edificios que los representan.
Desde donde estemos, donde sea que fuere, en nuestros hogares o marchando en solidaridad, hay un cierto entumecimiento presente que no podemos explicar y después de la última semana, todos hemos llegado a la misma conclusión: Estados Unidos no valora, no ha valorado ni valorará a las personas negras, indígenas, mestizas o pobres. Los levantamientos recientes se han extendido a todos los 50 estados y 18 países, lo que galvaniza el impacto de reunirse primero en las calles y luego en la mesa de conversación para crear los principios y políticas necesarios para nuestra justicia y paz colectiva.
Simplemente lo sabemos. Este conocimiento resuena dentro de muchas personas negras y otras comunidades de color.
George Floyd, de 46 años, nativo de Carolina del Norte, padre, hermano, amigo, HOMBRE NEGRO, fue asesinado ante nuestros ojos mientras obedecía a los oficiales de policía de Minnesota. En su momento final en esta tierra, invocó a su madre ya fallecida. Mientras rogaba por aire y misericordia y en su último aliento, ¿por qué el policía no lo vio cómo humano? Se le ve por nueve minutos suplicar por su vida.
Todos estamos desconcertados, de la mejor manera que sabemos, por las complejidades y contradicciones de este momento actual. Como personas negras, algunos rezarán por la paz, otros se tomarán esa paz por la fuerza. Todas las emociones de las comunidades negras son válidas: ira, tristeza, alegría y todos los puntos intermedios. MUCHAS tormentas se arremolinan a nuestro alrededor en este momento: COVID-19, la intersección de una crisis global, moral y cultural alimentada por el asesinato de cuerpos negros, el inicio de la temporada de huracanes y una administración moralmente corrupta y divisiva. Derechistas infiltrados que han complicado y ensuciado el mensaje de nuestro movimiento. Se mueven entre nosotros disfrazados. Este momento tiene un contexto histórico. Nunca se ha logrado un verdadero progreso en la historia de nuestro país sin protestas masivas y ahora no esperamos algo diferente. Haremos rendir cuentas a nuestros legisladores y les exigiremos que escuchen, para que TODOS los sistemas de opresión sean desmantelados.
Fue Frederick Douglass quien dijo: “Si no se demanda, el poder no concede nada. Nunca lo hizo y nunca lo hará. Si no hay lucha, no hay progreso. Esos que profesan favorecer la libertad y, sin embargo, desprecian la agitación, son hombres que quieren cosechar sin arar el suelo”.
Dicha agitación está presente en nuestra protesta. Dicha agitación está en nuestra voz. Dicha agitación está en nuestra resistencia y nuestra ira justa. Algunos de nosotros estamos curando heridas de balas de goma, nuestros ojos todavía arden por el gas lacrimógeno, pero seguimos adelante juntos en esta lucha.
Lo que sabemos y lo que los estudios nos demuestran es que lo que realmente trae paz y seguridad es una vivienda segura y estable, escuelas públicas bien financiadas y otras instituciones públicas como bibliotecas y centros culturales, atención médica accesible y de calidad para todos y el poner fin a la criminalización de la crisis de la salud mental y la adicción.
La hija de George Floyd, Gianna, de 6 años, dijo: “Mi papá cambió el mundo”. Él sacrificó su vida, pero ella tuvo que sacrificar a su padre.
El mundo llora y lamenta con Gianna, así como con las familias de Breona Taylor, Ahmaud Arbery, David McAtee, Tony McDade y los otros, incontables, perdidos a manos de la brutalidad policial y los linchamientos a manos de vigilantes.
La muerte de George Floyd concretizó este momento y no detendremos el impulso de este movimiento.
George Floyd no podía respirar. El no está solo.
#ALLBlackLivesMatter
#All50States18Countries
#NCDemandsJustice